Es tarde, no se puede negar,
incluso parece que la luna tiene sueño,
si acaso esta noche asomó.
Es loco, lo admito, hurtar tus palabras
para componer mi poesía,
y que al final la poesía seas tú.
Es extraño, esconder mis versos y
descubrirlos cuando tú me lo pides.
Es confuso, raro, incluso hasta me asombro; ver tus ojos y
someterme a la oscuridad de tus días.
Mi mirada divaga por el desierto de tu sonrisa,
la sombra que
dejas al pasar y hacerle creer a los demás que estás a gusto.
Tus sueños se escriben con cada paso que das, y te imaginas
un
futuro prometedor que a veces solo existe en tu almohada.
Tu soledad se hace grande a pesar de tus esfuerzos por evitarlo;
es increíble, lo acepto, pensar que yo paso a veces por las mismas
complicaciones.
Tus palabras son medidas, pensadas, y pocas veces se pierden.
Tu mirada privada de emociones confunde cualquier
destello de la
vida interesado en cruzarla.
La luna ilumina el oscuro rincón de tu vida, y en tus ojos se nota
la confusión.
Eres resultado de ese “te quiero” que has negado y de la mirada
coqueta y maliciosa que ocultas en la sombra de tus ojos.
Es cómico, reconfortante, pensar que te escribo
porque lo pides y
a la vez porque lo necesito.
¿Has visto que te pierdes en los laberintos que tú misma
construyes?
La noche te atrapa, te envuelve, no te permite descansar,
la
oscuridad te cubre… por eso la amas.
Es un respiro, lo puedo sentir;
saber que no eres la única persona
que se siente a gusto cuando no puede dormir.
Jaso
Jaso
No hay comentarios:
Publicar un comentario