miércoles, 12 de noviembre de 2014

Y aunque ya no estabas en mi vida
seguías apareciendo en mi poesía,
y eso, sinceramente,
era la misma cosa.

viernes, 31 de octubre de 2014

Tu Petición

Es tarde, no se puede negar,
incluso parece que la luna tiene sueño,
si acaso esta noche asomó.

Es loco, lo admito, hurtar tus palabras para componer mi poesía,
y que al final la poesía seas tú.

Es extraño, esconder mis versos y descubrirlos cuando tú me lo pides.

Es confuso, raro, incluso hasta me asombro; ver tus ojos y 
someterme a la oscuridad de tus días.

Mi mirada divaga por el desierto de tu sonrisa,
 la sombra que dejas al pasar y hacerle creer a los demás que estás a gusto.

Tus sueños se escriben con cada paso que das, y te imaginas 
un futuro prometedor que a veces solo existe en tu almohada.

Tu soledad se hace grande a pesar de tus esfuerzos por evitarlo; 
es increíble, lo acepto, pensar que yo paso a veces por las mismas complicaciones.

Tus palabras son medidas, pensadas, y pocas veces se pierden.
Tu mirada privada de emociones confunde cualquier 
destello de la vida interesado en cruzarla.
La luna ilumina el oscuro rincón de tu vida, y en tus ojos se nota la confusión.
Eres resultado de ese “te quiero” que has negado y de la mirada 
coqueta y maliciosa que ocultas en la sombra de tus ojos.

Es cómico, reconfortante, pensar que te escribo 
porque lo pides y a la vez porque lo necesito.

¿Has visto que te pierdes en los laberintos que tú misma construyes?

La noche te atrapa, te envuelve, no te permite descansar,
 la oscuridad te cubre… por eso la amas.

Es un respiro, lo puedo sentir; 
saber que no eres la única persona que se siente a gusto cuando no puede dormir.

                                                                                                                                       Jaso



Sensación

Pensar en ella
es como drogarme lentamente;
Mientras mas la pienso
mas me lastimo, pero mas
placer voy sintiendo.

Pensar en ella
es drogarme.

Mientras mas la pienso
mas me muero, pero mas
la voy necesitando.

Ella es mi droga favorita...

                                                          Jaso

miércoles, 29 de octubre de 2014

Que no

Que no se acabe el resplandor de tus ojos
ni la mirada coqueta;
el momento justo
ni la palabra correcta.
Que no muera esta noche
sin tenerte a mi lado,
que no empiece el nuevo día
sin haberte besado.
Que no se cansen tus pasos
y te alcance la energía,
que pueda recorrer mil caminos
y gozar de tu compañía.

                                                    Jaso

jueves, 9 de octubre de 2014

Titi

No permitas que nadie te cierre la boca,
silencie tu voz o corte tus frases, y si piensa hacerlo
que sea para darte un beso.

Que nadie te robe la fuerza, te quite el aire
o te deje sin aliento, y si lo hace
que sea por un suspiro.

Que nadie te marque los pasos, te obligue un camino
o te imponga una ruta.

Que nadie cuestione tus motivos, rompa tus ideales
o maltrate tu entusiasmo.

Que nadie ocupe tu espacio, te hale hacia un lado
o interponga su destino, y si lo hace que sea para salvarte.

Que nadie te robe una lágrima sin causa justa,
que nadie se atreva a dañarte, a herirte o molestarte.

Que nadie te cause dolor, y si lo hace,
yo estaré para evitarlo.

                                                                         Jaso 

miércoles, 8 de octubre de 2014

Minicuento

Para darle espacio a su poesía tuve que borrar versos viejos,
palabras olvidadas y poemas rotos.
Para darle forma a sus palabras,
escondí las mías, callé y simplemente escribí.
Ella era consciente del amor que estaba despertando en mi, como procurando integrarme en eso que los locos llaman pasión.
Ella era locuaz y calculadora, estaba logrando atraparme en la magia de sus labios, me perdía en su cabello y me devoraba su aroma.
Ella sabia plenamente cual era mi intención y yo la de ella, pero de ambos el que amaba era yo,
ella estaba consciente de eso y no encontró mas salida que enamorarse también.
Fin.

                                                                                                                                Jaso

Compongo y destruyo

Compongo y destruyo,
compongo y destruyo;
tratando de encontrar el verso que te enamore,
que descifre tu sonrisa,
que descubra tu intención.

Un verso que trascienda, que atraviese tu alma
y se quede perpetuo, inamovible.

Un verso que te tranquilice, que te transporte.

Compongo y destruyo,
sin encontrar el poema que te diga cuanto me encantas.

El poema que te derrita, te deshaga,
te construya de nuevo
y te deje junto a mi.

                                                                          Jaso

Me gustas

Me gustas de una manera indescifrable,
indescriptible, insoportable.
No logré escapar a tu sensual voz ni a tu mirada que atrapa.
Me gustas de formas extrañas, de ocasiones tranquilas,
me gustas de manera incansable.

Me gusta tu nobleza y a la vez la fortaleza para hacerte notar,
me gusta el cariño que demuestras y la misteriosa debilidad
cuando te enamoras...

Todo encerrado en la belleza de tu rostro,
y lo impactante de tu cuerpo;
me gusta esa habilidad que tienes para devolverme la vida,
para darme un nuevo aire.
La manía que tienes de alegrarme el día
con solo saludarme.
Me gustas...

                                                                                 Jaso

Declaración

Me encanta tu mirada,
esos ojos negros carceleros,
que atrapan a los incautos
que no tenemos escondedero.

Me encantan tus labios dulces,
embriagadores, llenos de pasión,
que atrapan a los soñadores
que los usamos de inspiración.

Me encantan tus palabras
en el momento adecuado,
me gusta la sensación
de tenerte a mi lado.

                                     Jaso

martes, 7 de octubre de 2014

Y decidí

Entonces decidí volverte poesía,
porque así son las cosas que yo hago,
es la única manera que conozco, es mi salida más fácil.
Entonces decidí escribirte lo que callé por tanto tiempo,
porque no podía seguir matándome con mi propia zozobra.
Y es que no pude aguantar más a tu voz,
a la ausencia de tus palabras, ni a la nostalgia de perderte.
Entonces me di cuenta que no te había perdido, porque nunca te tuve,
y es que la quietud de los días había llegado con un poco de neblina,
como augurando la oscura, fría y triste noche que debía esperar.
Así fue como me volví esclavo a tus ojos, a las frases de amor
que no pronunciabas, a las historia que yo inventaba, los finales que me creía.
Y te compuse un poema tras otro, tras otro.
Y grabe mi  amor en cada verso, en cada renglón.
Y le puse a mis letras tu nombre, y escribí tu silencio en cada párrafo.
Y solo pude romperme, cambiarme, destrozarme, porque eso hacemos los poetas.
Y te volví poesía porque eso hacemos los locos, los locos de amor.
Y grite hacia adentro, llamándote, queriéndote, como si escucharas el eco de mi voz,
así estuvieras tan lejana como la felicidad.
Y decidí volverte poesía porque eso hacemos los enamorados, los que no arriesgamos,
los que no intentamos, los que no queremos perder.
Y decidí hacerte poema, inmortalizarte, dejarte grabada en mis textos, para así
tenerte siempre, llenarme de ti cada vez que te lea, redescubrirte en cada frase.
Y decidí no hablarte nunca más, y que mis versos lo hicieran por mí
si alguna vez llegaran a tus manos.

                                                                                                   Jaso

Noches pensándote

Recuesto mi cabeza en la almohada
y pretendo pensarte hasta que me duerma,
y así poder soñarte toda la noche,
para amanecer con tu imagen cuando abra los ojos.
Eso espero para esta noche y las noches que se apresuran.
Besar cada porción de tu piel y encontrar tu punto débil,
ese punto donde colapsas, donde sucumbes y te dejas llevar,
ese punto donde tu cuerpo se junte al mio y sean uno solo.
Y ahí, justo ahí, mirarte a los ojos, besar tu frente y decirte
cuanto me alegra tenerte en mi vida;
bastante me costó encontrarte.

                                                                                     Jaso

De brillos y ataduras

Y no quería acostumbrarme a ese momento,
ni a sus brazos, ni al brillo de sus ojos.
Pero sabía que tarde o temprano
iba quedar semiatado a su presencia,
como queriendo escapar, soltarme.
Sabía también que deliberadamente
me iba a quedar su recuerdo
si seguía buscándola cada mañana.
Y fue así entonces que quise escapar,
pero ya no pude.
Me había quedado tanto tiempo
pensando en no volverla a ver
que ya después no le pude despegar la mirada.

                                                                    Jaso

Rutina

Aquella mañana quería escribir,
un tanto descompuesto de tanta melancolía,
buscando inspiración pensando en ella,
como todas la mañanas que despertaba con su rostro en mis sueños.
Y quería volverme beso, perderme en sus labios,
Volverme voz y perderme en su garganta.
Quería escribirle para contarle mis deseos.
Esa mañana se pasaba desapercibida,
medio insípida, un poco manchada.
Y no pude, no escribí mis torpes versos;
quise parecerme a otros que si son poetas,
que tal vez tuvieron la misma inspiración pensando en su boca.
Y es que nada se parecía a ella,
ni el brillar de la luna, ni el calorcito del sol;
ni siquiera la neblina que me envolvía, ni el silencio de mi habitación.
Y de repente le compuse un verso invisible
que susurre en su oído, y vi esa sonrisa semidormida,
algo en mi supuso que lo había escuchado,
algo en mi deseaba que estuviera soñando conmigo.
Y quise componerle más versos; pero no había poema
que igualara su respiración ni palabra suelta para comparar su rostro.
Aquella mañana no pude escribir, y muchas mañanas mas.
Aquella mañana se hizo de alas, despego de mi cama,
entró sin remedio la tarde y con ella una noche solitaria.
Aquella noche pude dormirme sin pensarla, queriendo no soñarla
y despertar sin acordarme de ella.

                                                                                               Jaso

Hubo un día

Hubo un día, un día cualquiera.
De luces difuminadas, un poco sueltas, casi libres.
Un día ciego, sin salida, casi fugaz.
Hubo un día, un día etéreo, calmado.
Hubo un día, un día impropio... ese día apareciste.
Ese día, justo ese día, ya no tuve mas miedo;
algo se arregló, como se arreglan las líneas de mi sombra.
La metáfora se hizo verso, y ese verso se convirtió en mi nombre.
Hubo un día casi irreal, que te vi, te vi…
Hubo un poema, casi poema, poco poema.
Hubo una palabra, corta, palabra de cariño.
Ese día, justo ese día, cambiaste mi sueño.
Como suelen cambiar las miradas tristes después de un bonito recuerdo.
Tal día como pocos días, hurté tus besos y me quedé prendido a tus labios.
Aún aquí después de varios días, sigo pensando que fue ese día,
el día que estaba esperando. 
                                                                                                         

                                                      Jaso