Me bastaron tres días
para acostumbrarme a su voz,
a sus palabras.
Me bastaron unas horas a su lado
para no quererme ir nunca mas.
Me bastaron sus ojos para inspirarme y sus mejillas sonrojadas.
Me bastaron todas las noches de Agosto para conocerla, para necesitarla, para extrañarla.
Nos bastó tan solo un mes para decirnos adiós.
Me bastará toda la vida para olvidarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario