Recuesto mi cabeza en la almohada
y pretendo pensarte hasta que me duerma,
y así poder soñarte toda la noche,
para amanecer con tu imagen cuando abra los ojos.
Eso espero para esta noche y las noches que se apresuran.
Besar cada porción de tu piel y encontrar tu punto débil,
ese punto donde colapsas, donde sucumbes y te dejas llevar,
ese punto donde tu cuerpo se junte al mio y sean uno solo.
Y ahí, justo ahí, mirarte a los ojos, besar tu frente y decirte
cuanto me alegra tenerte en mi vida;
bastante me costó encontrarte.
Jaso
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