He aquí que vuelvo a escribir con la ilusión de que mis letras tendrán un nombre propio.
He aquí que me tiembla el pulso para escribir todo lo que desearía susurrarle al oído.
He aquí que no hay palabra que describa el cielo de sus ojos ni mi fantasía de volar en ellos.
Encuentro ahora que no deseo mas que cuidarla si ella me lo permite.
Descifro también que esa es la voz que siempre quise escuchar.
Se me hace extraño pensar que hace algunas horas la abracé por primera vez.
Mas extraño es sentir que ya la había abrazado antes, que ya la había extrañado antes. Es un misterio que su presencia me haga falta, pero mas desconcertante es pensar que ya conozco a que saben sus besos, sin haberla besado antes.
Un poco de mis letras, o de todas las letras, lo importante es que nunca se pierda la libertad que nos dan.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
Déjà vu
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